Julio Astarita supo recorrer las calles de Buenos Aires con su bicicleta, afilando cuchillos y tijeras. Pero también afiló un deseo: crecer. Fundó el sindicato de afiladores en la década del ´50 y, al poco tiempo, creó El emporio del carnicero, famoso negocio que aún hoy es recordado por más de un veterano del rubro. También fue uno de los responsables de instaurar el 6 de mayo como el Día del afilador, mostrando su compromiso con un rubro que pudo desarrollarse gracias a su empuje y determinación.
Los Astarita siempre se caracterizaron por mantener el prestigio de su nombre. En la década del ´70, Hugo, el hijo de Julio, entró al negocio familiar. Sumó juventud y nuevas ideas al proyecto del “viejo”, hasta el punto que le dio su forma definitiva al fundar “Astarita” en 1973, fabricando y comercializando todo para el carnicero y el afilador.
La idea se convirtió en realidad y siguió creciendo: en 1980, aparecieron las picadoras 32 y 22, mejor conocidas como las “Astarita 80”, de fabricación propia. Y en 1991, Gustavo, el nieto, entró para seguir el sueño.
En la actualidad, Astarita trabaja en el mercado nacional e internacional desde su único taller, ubicado en el barrio de Lanús. Afiladores, carniceros, fiambreros y demás profesionales saben que Astarita es nombre de confianza, seguridad y calidad.
Somos Astarita. Somos Legítimos.